Periodoncia
¿QUÉ ES?
La enfermedad periodontal, en cualquiera de sus grados, es una de las más comunes; tres de cada cuatro adultos poseen algún tipo de esta enfermedad. En la mayoría de los casos, no produce dolor y, por consiguiente, dicho problema pasa desapercibido. Sin embargo, su temprana detección y tratamiento son extremadamente importantes, debido a que la enfermedad periodontal termina con la vida del diente (movilidad, infección, extracción). La enfermedad periodontal avanzada o periodontitis es un problema de salud crónico que debe mantenerse controlado con objetivo de preservar los dientes el mayor tiempo posible.
En los primeros estadios de la enfermedad, denominada gingivitis, las encías se tornan rojizas y sangran con facilidad. A medida que avanza la infección hacia el hueso que soporta a los dientes, recibe el nombre de periodontitis, y en este momento puede provocar un daño irreversible. Cuando avanza más todavía, el hueso y los tejidos que soportan al diente son destruidos provocando la pérdida dental.
Si no se realiza un cuidado oral adecuado se forma una película sobre la superficie del diente “placa bacteriana” que libera toxinas que irritan, inflaman e infectan la encía. Más adelante provocan que los tejidos se separen del diente y formen un espacio profundo: “bolsas periodontales”. Estas bolsas, de hecho acumulan más bacterias dando lugar a un círculo vicioso
que agrava la situación, migrando hacia la raíz del diente y dándole apariencia de dientes mucho más grandes, cuando lo que sucede es que el hueso se reabsorbe y se retrae la encía.
- Gingivitis: Las encías están ligeramente inflamadas, pudiendo aparecer rojas o hinchadas, y pueden sangrar durante el cepillado.
- Periodontitis leve-moderada: Las encías comienzan a separarse de los dientes y a retraerse. Esto permite a la placa avanzar hacia las raíces y fibras de soporte y causa que el hueso disminuya en altura produciéndose una pérdida ósea irrecuperable.
- Otros tipos de enfermedad periodontal: pueden aparecer síntomas asociados a periodos de cambio hormonal, como la adolescencia o el embarazo y también por el uso de algunos fármacos, entre otras.
¿CÓMO SE TRATA?
Lo más importante es el mantenimiento diario en casa; te daremos las pautas para realizarlo correctamente y que seas capaz de controlar el avance de la enfermedad periodontal. Nuestra parte del trabajo consiste en el “Raspado y alisado radicular”: es la limpieza y desbridamiento del tejido inflamatorio de la bolsa periodontal y del cálculo o sarro acumulado debajo de la encía (subgingival), mediante la utilización de instrumentos manuales como la punta de ultrasonidos y la cureta. Esto se debe hacer de manera ocasional para ayudar a frenar la agudización de los síntomas.
Cuando el dentista determine que es necesario, se realizará cirugía periodontal: engloba una serie de procedimientos quirúrgicos relacionados con el tratamiento de lesiones a nivel de los tejidos periodontales y que se deben considerar cuando, a pesar de haber realizado el tratamiento básico (raspado y alisado radicular), persisten bolsas mayores de 6 mm y sangrado al sondaje.
TENGO LAS ENCÍAS RETRAÍDAS
Las encías se pueden retraer aún si no hay una infección bacteriana. Una de las causas más importantes de esta recesión es un cepillado inapropiado. Usar un cepillo de cerdas duras o medianas puede causar que las encías se retraigan. Usar mucha fuerza también puede causar que las encías se retraigan con el tiempo. Cuando las encías se retraen, las raíces del diente son expuestas al ambiente bucal. Esto puede causar que los dientes se vuelvan sensibles al calor o al frío. Además, los dientes con una retracción significativa son más propensos a desarrollar caries radicular. Los dentistas de nuestra clínica dental en Oviedo pueden tratar la retracción gingival, tomando tejido de encía de otra parte de su boca y colocándola en el área afectada. Esto se conoce como injertos.