Los diastemas son básicamente espacios visibles entre dos dientes. El más común y que todos identificamos a simple vista es el que aparece entre los incisivos superiores. También puede observarse en otras zonas de la boca. Normalmente es solo una cuestión estética, pero en ciertos casos, compromete función y salud gingival.
Causas más frecuentes
Los diastemas pueden aparecer por diversas causas. La genética influye en el tamaño de nuestros dientes y en la anchura del arco dental. Cuando los dientes son pequeños, quedan huecos. El frenillo labial, si es alto o grueso, puede impedir el cierre del espacio. La pérdida de una pieza también puede provocar que los dientes vecinos empiecen a moverse para cubrir ese espacio. Además, algunos hábitos los favorecen su aparición, por ejemplo, chuparse el dedo o una deglución atípica. La periodontitis también puede provocar diastemas: al perder hueso, aumentan la movilidad y los espacios
Evaluación y diagnóstico
El primer paso es identificar la causa que provoca el diastema. Se realiza una exploración de encías, mordida y hábitos de higiene. Después, se hace un estudio en profundidad, bien con un escáner intraoral o bien con una radiografía. Así se estudian tamaño dental, frenillo y posición de cada diente.
¿Qué tratamientos existen actualmente para corregir los diastemas?
La ortodoncia es la opción más conservadora. Con alineadores o brackets se cierran los espacios y se equilibra la mordida. Permite controlar la estética y la función a la vez. Cuando el problema es de tamaño, se pueden usar carillas de composite. Añaden volumen y corrigen diastemas leves o medianos en pocas citas. Son reversibles y fáciles de reparar. Si se busca mayor estabilidad estética, las carillas cerámicas son una alternativa. Requieren planificación digital y encerado diagnóstico, pero ofrecen color y forma muy predecibles.
Cuando el frenillo impide el cierre, se indica una frenectomía. Suele combinarse con ortodoncia para asegurar la estabilidad. Si el diastema se debe a la ausencia de piezas, se valoran implantes o prótesis. Antes se recupera la salud de la encía y el hueso, si es necesario. En casos con periodontitis, la terapia periodontal es prioritaria. De lo contrario, el espacio puede reabrirse.
Es importante recordar que no siempre hay que corregir los diastemas. Siempre que el diastema sea pequeño y estable, con revisiones periódicas es suficiente. Hay que tratarlos cuando suponen un problema para la mordida o afectan a la higiene diaria.
Cómo mantener nuestra sonrisa perfecta después del tratamiento
Cerrar el diastema es el inicio, no el final. Tras la ortodoncia, es importante aplicar un sistema de retención para evitar que los dientes vuelvan a su posición original. Puede ser fija o removible según el caso. Los controles periódicos previenen recaídas y detectan cambios a tiempo. Si hay presión lingual, la terapia miofuncional ayuda a reeducar la lengua. En casos de periodontitis, las limpiezas profundas en clínica combinadas con una buena higiene en casa ayudan a mantener un buen estado óseo y gingival.
Diagnóstico, tratamiento y retención: así se consigue un cierre estable en el tiempo. Si buscas una solución discreta y predecible, te ayudamos a elegir entre alineadores, carillas o tratamientos combinados. Solicita tu valoración y empecemos por el principio.
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