La respiración bucal, cuando se convierte en un hábito crónico, puede tener consecuencias significativas en la salud y el crecimiento infantil. Una respiración adecuada es importantísima para el desarrollo integral de los niños, por eso, hoy os explicamos cómo identificar la respiración bucal a tiempo.

La respiración bucal consiste en inhalar y exhalar principalmente por la boca en lugar de por la nariz. En los niños, este hábito puede establecerse debido a diversas causas, como obstrucciones nasales provocadas por alergias, rinitis, desviaciones del tabique nasal o hipertrofia de adenoides y amígdalas. Además, otros factores como el uso prolongado del chupete, chupar el pulgar o ciertas malformaciones estructurales pueden contribuir a este hábito.
Cuando esta respiración se vuelve crónica, puede afectar negativamente el desarrollo facial y bucodental de los niños. Uno de los signos más evidentes es la «facies adenoidea», caracterizada por una cara alargada, mandíbula inferior retraída, labios entreabiertos y ojeras pronunciadas. Estos cambios estéticos pueden ir acompañados de alteraciones funcionales, como mordida abierta, paladar estrecho y apiñamiento dental.
Además, puede interferir en el sueño, provocando ronquidos y apnea del sueño, lo que afecta la calidad del descanso y, en consecuencia, el rendimiento escolar y la concentración. También se ha asociado con problemas del habla y la deglución, debido a la posición incorrecta de la lengua y la musculatura facial.
Identificación y diagnóstico
Es fundamental que los padres y cuidadores estén atentos a señales que puedan indicar este hábito. Algunas manifestaciones incluyen labios entreabiertos constantemente, respiración ruidosa durante el sueño, sequedad bucal persistente, dificultades en la pronunciación o en la alimentación, y una postura corporal inadecuada.
Ante la presencia de estos signos, es recomendable consultar con un especialista para una evaluación adecuada.
Tratamiento y prevención
Abordar la respiración bucal requiere un enfoque multidisciplinario. Un otorrinolaringólogo puede identificar y tratar obstrucciones nasales, como hipertrofia de adenoides o amígdalas. La terapia miofuncional, dirigida por un logopeda, puede ayudar a reeducar la musculatura oral y fomentar hábitos de respiración nasal, masticación y deglución correctos. En casos donde la respiración bucal ha afectado la estructura dental o maxilofacial, un ortodoncista puede intervenir con aparatos específicos para corregir las anomalías.
Abordar la respiración bucal puede llevarse a cabo a través de diferentes caminos:
1. Evaluación médica
Un otorrinolaringólogo puede identificar y tratar obstrucciones nasales, como hipertrofia de adenoides o amígdalas, que impidan la respiración nasal adecuada.
2. Terapia miofuncional
Un logopeda puede trabajar con el niño para reeducar la musculatura oral y fomentar hábitos de respiración nasal, masticación y deglución correctos.
3. Tratamiento ortodóntico
En casos donde la respiración bucal ha afectado la estructura dental o maxilofacial, un ortodoncista puede intervenir con aparatos específicos para corregir las anomalías.
4. Higiene nasal y control de alergias
Mantener las vías respiratorias despejadas mediante lavados nasales y tratar las alergias puede facilitar la respiración por la nariz.
La prevención es clave. Fomentar la respiración nasal desde la infancia, limitar el uso prolongado del chupete y evitar la succión del pulgar son medidas preventivas efectivas. Además, mantener una buena higiene nasal y controlar las alergias puede facilitar la respiración por la nariz.
La respiración bucal en niños no es un hábito inofensivo; es una condición que puede afectar significativamente su desarrollo físico, cognitivo y emocional. En Clínica Dental Vázquez Lameiras, sabemos que controlar el desarrollo de tus hijos desde que son pequeños es muy importante. Si sospechas que tu hijo respira por la boca, no dudes en consultarnos. Juntos, podemos garantizar un crecimiento saludable y una sonrisa radiante para su futuro.